- Cuenta una antigua leyenda que los deseos que lanzas al aire, incluso los que solo piensas, si son buenos, van a la Luna. Y desde allí, a la luz de las estrellas, vigilan la Tierra hasta que se cumplen.
Olga se quedó dormida pensando que, desde tan lejos, tenía que ser difícil que los deseos se cumplieran. Así que, entre sueños, viajo a buscarlos a la Luna. Hizo un ramo de deseos, corazones, besos y volvió a la Tierra pensando: "Mamá se los tiene que llevar a Nicolás para que se los pongan muy cerca".